SEVILLA, ESPAÑA:
SIGUIENDO AL DUENDE DEL SUR
El Invierno en Budapest es muy duro, no vimos el sol en una
semana entera, y la tenue luz del cielo se apagaba a las 4 de la tarde, para
las 6 de la tarde cerraban muchos lugares y calles enteras parecían estar abandonadas.
Pasar varios días así definitivamente afecta tu estado de ánimo y tus ganas.
Tomamos un vuelo a Madrid y del aeropuerto nos trasladamos a
Atocha para tomar nuestro tren a Sevilla, gran parte del camino igual se
encontraba gris y nublado y la triste película de una niña con cáncer en el
tren no ayudaba mucho.
Atravesamos el centro de España en el tren, después de un
tiempo entramos a Andalucía donde el panorama cambio por completo, pareciera
que estamos en un país distinto donde el sol brilla armoniosamente, pequeños
pueblos blancos en el camino, algunos encajados caprichosamente bajo la sombra
de empinados cerros y riscos, desde el primer momento que pise Andalucía se convirtió
en mi zona favorita de España.
Al llegar a la estación Santa Justa de Sevilla tomamos un
taxi. El barbudo y alegre taxista tarareaba una canción flamenca en la radio. -
"Bienvenidos a Sevilla, vienen de Madrid? es el tren de las 4..., aquí la
gente disfruta la vida, es muy diferente a Madrid donde todo el tiempo la gente
está enojada".
Después de instalarnos en el Hotel y lavar un poco de ropa
con champús recolectados de nuestras pasadas estancias salimos a dar una vuelta
por Sevilla. Es miércoles con sabor a domingo, las calles tranquilas, la gente
caminando sin prisa, un simpático señor dormido en una banca tomando el sol. Aquí
el tiempo cambia de concepto nuevamente. En cada esquina ves a viejos amigos
tomando una caña o una copa de vino en pequeñas mesas sobre la banqueta.
Es imposible comparar a Sevilla con cualquier otra gran
ciudad española, Sevilla es una ciudad con ambiente de pueblo en sentido
positivo. En nuestra visita no vimos una sola aglomeración de turistas, algo
muy común en ciudades como Madrid y Barcelona. Esto en lo personal es un gran
alivio, facilita la integración al lugar, ver la bella cotidianeidad de la vida
sevillana, tomar su ritmo y dejarte llevar por el Duende del Sur.
Que es el Duende? El Duende es la magia, esta la puedes
encontrar en un bonito callejón, en el clímax de un Guitarrista a medio Palo
Flamenco, en la sonrisa de una niña Sevillana, en todo. Es un concepto de esta región
del sur de España. Con el paso de los días empiezas a ver al duende (sin
necesidad de intoxicarse) y empiezas a sentir la magia de Sevilla, una ciudad
encantadora y con una calidez humana difícil de encontrar en tierras europeas,
hasta su forma de hablar y de comerse la "s" es más parecido al
acento costero mexicano que al acento español.
Después de callejear un rato y enamorarnos de la ciudad es
momento de hacer las visitas obligadas, comenzamos con la Catedral de Santa
María de la Sede que presume de ser la Catedral Gótica Cristiana más grande del
mundo. Antiguamente había una Mezquita que fue demolida donde se construyo la
Iglesia, de la antigua mezquita solo se conservo la Giralda (La
torre-campanario) y el Jardín de los Naranjos. Realmente es bastante bella la construcción,
también puedes subir a la torre donde tendrás la mejor vista de la Ciudad.
Después visitamos Los Reales Alcázares también bastante
recomendable y el Archivo de Indias donde se conservan todos los registros de
la administración de los territorios conquistados y explotados por España.
Siempre me ha encantado perderme en los Barrios de las
ciudades, esta vez no salí golpeado y perseguido como cuando decidí explorar el
BRONX en Nueva York, esta vez fue algo delicioso, no recuerdo el nombre del
Barrio pero estaba cerca del centro de la ciudad, un barrio muy típico del Sur
de España, casas blancas con tejados en tonos marrones, coquetos balconcitos
con flores de temporada colgando, enclaustradas y solitarias plazuelas,
ciclistas cargando pan para la cena, calles empedradas, entre otras memorias.
Por la noche fuimos en búsqueda de un Tablao Flamenco, de
inicio era una actividad obligada que no me interesaba mucho y los precios
menos, puede ser un tanto caro echar copas en un tablao 25 - 50 euros.
Encontramos uno que parecía valer la pena y entramos. Era un pequeño escenario
en una casona vieja cerca de la Catedral, después de poca espera hacen la presentación
del Guitarrista y la cantante junto con la Bailarina de flamenco, una bella
señora de unos 50 años y a comenzao el tablao tío!.
No sé como describirles la intensidad del Flamenco, el cómo
transmite emociones fuertes, furia, lujuria, seducción, pasión, amor, tristeza,
todos los sentimientos a través de un intenso baile acompañado de complejos
acordes y vocalización imposible. Esta es la identidad Andaluza traducida en música
y danza, al escuchar ese canto flamenco me evocaba imágenes de la mezcla
cultural que existe en esta parte de España, la forma de quebrar y virar la voz
algo muy similar a la música árabe... pues claroo!!, antiguamente Andalucía era
Al-Andalus un poderoso reino Árabe que después fue conquistado por España y lo
que se escucha en su música es la fusión de dos culturas convertida en pasión y
calor, me quede anonadado, estupefacto, petrificado.. una experiencia cultural
impresionante.
Extasiados de Flamenco y con mucha hambre, no dirigimos a un
pequeño Restaurante de Tapas a orilla del Rio que nos recomendó un amable
anciano sevillano donde comimos unas ricas tapas.
Por la noche decidimos
visitar la Plaza de España que estaba completamente solita para nosotros, un
bonito lugar, bastante relajante ir de noche con unas copitas de vino.
Al día siguiente fuimos a ver la Plaza de Toros de Sevilla
"La Real Maestranza" que presume de tener el publico más exigente en
la vida taurina, tengo que admitir que los Toros es mi gusto culpable, pero la
intensidad que se vive en una corrida es algo que no vives con ningún deporte y
o espectáculo, el jadeo del toro, el saber que la vida del torero está en
juego, el baile a la muerte, son escenas que despiertan la adrenalina de
cualquier ser humano y despierta su lado primitivo.
Sevilla es una preciosa Ciudad, la gente es amable y curiosa
y su arquitectura Árabe-Española es algo especial, visita obligada si visitas
el Sur de España, les dejo unas fotos que tome de la catedral desde un mirador secreto.
NOTA Y FOTOGRAFIAS: ALEJANDRO AVILA
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